En un reciente estudio denominado «Aprendizajes sobre la resiliencia ante la pandemia», DHL evalúa el desempeño global y resalta lo que el sector logístico aprendió durante la carrera contra el COVID-19. 

Ya pasó más de un año desde que el mundo se despertó con la noticia del nuevo virus COVID-19. Lo que siguió fue la mayor crisis sanitaria mundial en 100 años. En ese complejo e inédito escenario, la logística y el desempeño de la cadena de suministro jugaron un papel vital desde el principio, para garantizar la disponibilidad y distribución de instrumentos clave en la lucha contra la pandemia: vacunas, medicamentos, insumos médicos, kits de testeo, suministros auxiliares, tratamientos y equipos de protección personal.

Con más de 200 millones de dosis de todas las vacunas aprobadas distribuidas a más de 120 países y territorios por medio de 9.000 vuelos operados, y con la participación de más de 350 de sus instalaciones, DHL ha formado parte de la estrategia mundial de respuesta desde el principio. 

Por eso, en un reciente estudio denominado «Aprendizajes sobre la resiliencia ante la pandemia», la compañía evalúa el desempeño global y resalta lo que el sector logístico aprendió durante la carrera contra el COVID-19, identificando acciones clave para una mejor preparación a la hora de gestionar emergencias de salud pública en el futuro.

«Cuando las vacunas contra el COVID-19 estuvieron listas, era crucial que la logística y gestión de cadena de suministro fueran lo suficientemente eficaces para que llegaran a todos los continentes con la urgencia requerida”, dijo Claudia Roa, vicepresidente del Sector Farmacéutico y Equipos Médicos para DHL en las Américas. “La logística y la gestión de la cadena de suministro han desempeñado un rol vital durante esta pandemia, y en el transcurso de esta función, hemos aprendido valiosas lecciones”, agregó.

En este sentido, se reportaron importantes logros en investigación y desarrollo, producción y gestión de la cadena de suministro, así como políticas que ayudarán a superar la crisis como comunidad global. Los cimientos de esto se establecieron mediante la investigación y el desarrollo al producir una vacuna cinco veces más rápidamente que cualquier otra vacuna en la historia y al incrementar su producción en un tiempo récord, cuadruplicando así la capacidad de producción de vacunas anterior a la pandemia del COVID-19. 

Por medio de la logística y la cadena de suministro, se  pudo entregar las vacunas que salvan vidas a los pacientes de todo el mundo. Si bien hubo que cumplir requisitos de cadena de frío sin precedentes, de hasta -70°C, la logística hizo posible la distribución tres veces más rápido de lo habitual. 

Distribución global: la colaboración es esencial 

Para alcanzar altos niveles de inmunización, se estima que se necesitarán unos 10.000 millones de dosis hasta finales de 2021. Por el momento, solo cuatro países alcanzan tasas de vacunación de más del 50 %, y muchos de los territorios restantes cuentan con una infraestructura menos desarrollada, lo que dificulta la implementación. 

Para acelerar la distribución de vacunas, es necesario tener en cuenta las siguientes áreas:

-Los diferentes sectores de la economía y los gobiernos deben promover la colaboración, enfocarse especialmente en establecer cooperaciones sólidas y crear una infraestructura de datos de apoyo. 

-Para asegurar los flujos de suministros, se requieren un manejo proactivo de las capacidades de transporte y flujos sustentables de retorno del empaquetado. Esto reviste una importancia fundamental, pues más del 95% de las dosis mundiales de vacunas del COVID-19 se fabrican en tan solo ocho países, desde los cuales tienen que distribuirse al resto del mundo. 

-También deberían implementarse modelos de distribución terrestres de última milla en función de las necesidades locales, priorizando la ubicación estratégica de los almacenes, la sincronización de los flujos de vacunas y productos auxiliares y el número y la localización de los puntos de vacunación. 

-La infraestructura logística y las capacidades establecidas deberán mantenerse a ese nivel, ya que en los próximos años se necesitarán anualmente entre 7.000 y 9.000 millones de dosis de vacunas adicionales para mantener bajas las tasas de reinfección y frenar el ritmo de las mutaciones del virus, sin contar con las fluctuaciones de temporada.

“Aunque nos hemos desempeñado con agilidad durante esta pandemia, debemos permanecer preparados para grandes flujos de pacientes y volúmenes de vacunas, mantener la infraestructura y la capacidad logística, y planificar al mismo tiempo las fluctuaciones estacionales, proporcionando una plataforma estable y bien equipada para los próximos años”, explicó Roa.

Planificación futura 

Según el estudio, será imprescindible planificar de cara al futuro para identificar y prevenir crisis sanitarias mediante cooperaciones activas, sistemas de alerta global ampliados, una agenda integrada para la prevención de epidemias e inversiones específicas en I+D. 

También se recomienda expandir e institucionalizar las medidas para contener y combatir el virus (por ejemplo, rastreo digital de contactos y creación de reservas nacionales) para asegurar una preparación estratégica y tiempos de respuesta más eficientes. 

Por último, resume el informe, para facilitar un rápido despliegue de la medicación, que incluye los productos diagnósticos, terapéuticos y las vacunas, tanto gobierno como industria deberán mantener capacidades de producción en disponibilidad permanente, con investigación de modelos, producción y planes de aprovisionamiento, y además, expandir las capacidades locales de implementación.