La principal tendencia es abandonar el enfoque “por áreas de la empresa”  y reemplazarlo por un enfoque “por procesos de negocio”, en pos de un servicio al cliente superior a los menores costos compatibles.

No hay dudas de que en la post globalización la realidad de los negocios se volvió mucho más compleja. La competencia ha evolucionado desde los productos y las marcas hacia cadenas de abastecimiento, compitiendo contra otras cadenas. Para ser exitoso en ese contexto, es necesario redefinir los roles y adquirir nuevas habilidades. La principal tendencia es abandonar el enfoque “por áreas de la empresa” –en logística y en la formación de todos los profesionales que integran la cadena de suministro- y reemplazarlo por un enfoque “por procesos de negocio” que integren no sólo a los procesos y a las personas dentro de la misma organización sino desde los proveedores de nuestros proveedores hasta los clientes de nuestros clientes, en pos de un servicio al cliente superior a los menores costos compatibles.

A ningún consumidor le importa cómo es el organigrama de las empresas que elaboran, distribuyen y comercializan lo que compra, sólo le importa que el producto esté disponible cada vez que lo requiere y a un precio que sea aceptable para el valor que perciben.

Para quienes se capaciten en logística durante los próximos años, de acuerdo a ese contexto, si bien la incorporación de nuevas técnicas y tendencias son necesarias y tienden a buscar mayores eficiencias operativas, debería hacerse un mayor hincapié en incrementar la eficacia. Los procesos de negocio de las empresas se han vuelto sumamente eficientes en hacer lo que no debería hacerse, antes de haber alcanzado una mayor eficacia haciendo lo que sus clientes esperan de ellos.

Actualmente, ponemos foco en el desarrollo de una visión integral de los procesos de las cadenas de abastecimiento, entendiendo que es el conjunto lo que debe optimizarse y no una parte en detrimento de las otras, pertenezcan o no a la misma empresa, en un enfoque más colaborativo entre proveedores y clientes (sean externos o internos de la organización).

Para alcanzar estos desafíos, son urgentes algunas modificaciones en la formación de los futuros expertos en logística. Al respecto, la incorporación de profesionales de diferentes disciplinas académicas al sector ha permitido un mayor desarrollo y comprensión de los aportes que las habilidades blandas (como negociación, gerenciamiento del cambio, comunicación, innovación, etc.) pueden traer a una disciplina históricamente dominada por las carreras duras.

Por otro lado, el intercambio de experiencias que se obtienen en un posgrado, al compartir el aula con colegas altamente experimentados, genera una sinergia imposible de lograr exclusivamente por la acción del profesor o intentando adquirir saberes a través de la lectura, exclusivamente.

En definitiva, el conocimiento humano se duplica a una velocidad tal que es imposible que alguien pueda saber todo de una disciplina. Es por ello que lo que intentamos despertar y transmitir en las aulas es la motivación para estar siempre aprendiendo, probando y aplicando consistentemente aquello que mejor funcione hoy, sabiendo que dicha solución será siempre temporal.

Las prácticas de clase mundial de hoy, lo serán hasta que desarrollemos otras mejores.

(*) Por Walter H. Coronel, coordinador del Curso de Posgrado en Logística y Cadena de Abastecimiento en la Fundación UADE.