Cada vez se presentan más herramientas que mejoran la logística y son a la vez simuladores para la toma de decisiones.

¿Quién se animaría a decir que alguna actividad de la logística puede prescindir del apoyo tecnológico? ¿Quién puede decir “yo no necesito mejorar mis operaciones logísticas”? ¿Quién puede sostener en la actualidad que no necesita incorporar tecnología porque no le hace falta?

Todos podemos coincidir en que no hay cabida para ninguna de estas aseveraciones. El mundo va cambiando al compás de los avances tecnológicos de todo tipo, en todos los campos. Por lo tanto, sabemos que la logística no queda al margen de esta situación en el presente, ni en el futuro inmediato.

En ese sentido, la nueva revolución industrial que viene de la mano de la tecnología informática, la automatización de procesos y la robótica, plantea que la logística no puede estar ausente y debe adaptarse rápidamente a esta nueva etapa.

A efecto de ejemplificar esto, mencionaré algunos casos.

Así como sabemos que hay autos que se manejan solos, en un avance impresionante, me sorprende todavía más que existan camiones de gran porte circulando por algunas rutas y que “tampoco tengan un conductor tradicional”. O que los drones hagan las entregas de las compras que se realizan por internet.

De la misma manera, es increíble visitar una operación logística de gran magnitud en el gran Buenos Aires, donde el almacenaje, el abastecimiento para preparación de pedidos y el armado mismo de los pedidos se realizan sin que intervenga una persona. Los robots que realizan esas tareas, cuando se van quedando sin energía, se enchufan ellos solitos para recargarse.

Una empresa muy conocida de combustibles, dispone de una herramienta informática que le mejora la “presupuestación” de demanda de combustible para las estaciones de servicio, mejorando constantemente la predicción por medio de algoritmos que se optimizan solos, todo el tiempo. En este caso, son varios los millones de dólares que la empresa ahorra gracias a la eficacia de este sistema predictivo.

Por su parte, una reconocida empresa de consumo masivo incorporó un sistema del tipo ERP algo diferente, ya que integra en tiempo real todos los procesos de la compañía. Permite mostrar en forma “online” distintos indicadores de gestión a partir de una gran cantidad de datos que se capturan del equipamiento industrial, la evolución de las ventas, la cadena de abastecimiento, etc. ¡Ideal para la toma de decisiones al instante!

Pero no pensemos sólo en soluciones que, tal vez, no están al alcance de todos los actores de la logística. Lo cierto es que hace más de 15 años que ya existen en el mercado mundial -y en el argentino- diversas herramientas informáticas para la logística y la cadena de abastecimiento que, entre otras cosas, colaboran para ser mucho más eficientes:

-Los sistemas de ruteo: Optimizan la cantidad de vehículos utilizados para los repartos mientras que, al mismo tiempo, reducen los kilómetros recorridos a diario.

-Los sistemas WMS (Warehouse Management Systems): Mejoran las tareas de los depósitos, controlan la rotación de los stocks, facilitan la toma de inventarios y simplifican notablemente la problemática del armado de pedidos, entre muchas otras funcionalidades.

-Los sistemas DRP (Distribution Resourse Planning): Son la solución precisa para distribuir los stocks entre múltiples depósitos en función de la demanda, o bien en tiendas o locales con muchos ítems de venta.

Asimismo, hay herramientas que mejoran la logística y son a la vez simuladores para la toma de decisiones. Existen soluciones argentinas muy buenas, a un costo accesible, y que están abasteciendo otros mercados del Cono Sur.

El payback de la implementación de estos sistemas, en general, puede ser de solo unos pocos meses, pero todavía hay gran cantidad de empresas argentinas, Pymes en su mayoría, que no se deciden a incorporar estos módulos. En mi opinión, aún persiste cierto temor al cambio y al uso de tecnología en sí.

De todas maneras, hace rato que estamos en el siglo XXI, vivimos aprendiendo y utilizando distintas tecnologías que van cambiando el mundo. El futuro es hoy y no podemos quedarnos quietos mientras está adelante nuestro la posibilidad de ser más competitivos y eficientes.

Hace muchos años, una persona me dijo: “En los negocios, las dudas y las decisiones a veces son difíciles, pero no hay mayor riesgo que no hacer nada”.

(*) Por Raúl Garreta. Presidente de la Asociación Argentina de Logística (ARLOG)