Como cada año, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), organizó su habitual encuentro que, en esta edición, propuso conocer cómo será el entorno logístico y las proyecciones económicas para operaciones logísticas de cara a 2019. Al igual que en ediciones anteriores, la jornada finalizó con un panel de empresarios de logística -miembros de CEDOL- moderado por Carlos Musante, representante Técnico de la Cámara.

A primera hora, en tanto, el analista político Rosendo Fraga analizó los puntos más destacados de la política regional y las perspectivas para dos países clave como Estados Unidos y Brasil. Por supuesto, dejó algunas impresiones sobre la actualidad argentina y aventuró que espera “una elección razonable para 2019”. Luego se presentó Juan Luis Bour, Economista en Jefe de FIEL, quien repasó la actualidad financiera del país y algunas medidas para aplicar en tiempos de crisis: “debemos convencer a los inversores para que vengan al país, sin usar los dólares del FMI”. Además, agregó que “el escenario económico supone una estabilización más o menos rápida en 2019, para empezar a recuperar la inversión privada. Pero la incertidumbre es alta y si no se recupera la inversión, el escenario podría ser malo”, diagnosticó Bour, junto con “una inflación para fin de año entre 35 y 36%”.

A su término se presentó Lucio Zemborain, representante legal de Fadeeac, para comentar las distintas acciones realizadas por la institución que reúne a las empresas de autotransporte de cargas, en materia de asuntos laborales. Asimismo, analizó el contexto político en el que se llevan a cabo las negociaciones con el gobierno nacional y con el sindicato que lidera Hugo Moyano. “Para el sector es clave reducir el proporcional por antigüedad porque premia la permanencia y no la productividad”, remarcó; y adelantó que si los números de la inflación siguen en aumento “el 25% acordado en las últimas paritarias no alcanzará y se activará la cláusula de actualización”.

Más tarde, Jorge Jares, director de la consultora DyC, se refirió a los flujos logísticos para 2018/2019: “esperamos una contracción de la actividad aunque no todos los flujos logísticos serán afectados de igual manera”. Dijo, además, que “si bien tendremos un tipo de cambio más competitivo, las inversiones no crecerán en 2019. Esa es una primera señal de la crisis que atravesamos”. Y resumió que “se transportará lo mismo que en 2017, por lo que debemos prepararnos para un escenario muy duro, muy afilados en el manejo de stock y cada vez con una competencia más fuerte, donde el planeamiento será la clave”.

Finalmente, se presentó el panel empresario integrado por Gustavo Figuerola, presidente de TRP; Marcelo Ormaechea, director de Celsur; Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística y David Bottaro, director de ID Logistics.

“Hay una baja de volumen que requiere un ajuste, pero la buena noticia es que se mantienen las inversiones a largo y mediano plazo en diferentes sectores, para mejorar la competitividad”, indicó Ormaechea. Bottaro, en tanto, explicó que “de cara a un segundo semestre en contracción, nos preocupa alguna crisis del sector de transporte por los márgenes bajos que atraviesa”.

Respecto del puerto de Buenos Aires, Figuerola reconoció que “es un reflejo de la economía, aunque en el primer semestre el volumen de expo e impo creció 15%. Pero hay 35% de capacidad ociosa y el segundo semestre no será igual que el primero”.

Por su parte, Bastitta aseguró que “vivimos el escenario actual como una decepción, donde nos explotó una bomba que, después de un golpe de optimismo nos devolvió a la realidad argentina”. Para el empresario, “hay que resolver los problemas y luego llegará el período de crecimiento, porque lo que vimos hasta ahora no fue crecimiento, era humo. Necesitamos volver a confiar”.

Bottaro agregó que “no soy optimista como antes, necesitamos ser realistas y agregar valor para orientarnos a las expectativas de nuestros clientes para ofrecer una solución única”. Para Figuerola estamos en “un año bisagra de un momento histórico para pensar la matriz del transporte de los próximos 100 años. Hay que proyectar una plataforma estratégica para las décadas que vienen”.

Por último, Musante resaltó “la fuerte suba de los costos en los insumos para las empresas de logística, sobre todo por el combustible y la carga impositiva, así como la dificultad que encuentran para trasladar esas subas de costos a los precios”. Al respecto, finalizó Ormaechea, “es falso que manejamos los costos logísticos y pasamos mucho tiempo acordando temas de precios con los clientes en lugar de hablar de mejoras en la competitividad. Eso complica la relación con los clientes y la suba de precios de combustibles o mano de obra e impuestos, sólo hacen más rígido todo el sistema”.